martes, 27 de agosto de 2013

TRAMO LIBRE DE VILLARRODRIGO DE ORDÁS, RÍO LUNA.


Río: Luna
Tramo: Villarrodrigo de Ordás

EL TRAMO:

Este tramo del río Luna es otro de los tramos míticos de la provincia leonesa. Aunque se parece muy poco a lo que un día fue, sigue ofreciendo buenas oportunidades para la mosca, sobre todo cuando la temporada de pesca enfila su recta final.

Las aguas que bajan del pantanín de Selgas de Ordás cuando lo abren, empiezan a ganar aquí algunos grados y es fundamental para que las truchas empiecen a tener algo más de actividad.

A principios de temporada es una zona muy concurrida por pescadores de todo tipo y condición, pero pronto se retiran la mayoría de ellos, estos pescadores no soportan llegar a casa con la cesta vacía, no les compensa tanto sacrificio y dinero para sacar tan poco rendimiento al río, apenas algunos jubilados se esfuerzan en sacar alguna trucha a cucharilla y poco más, pero esto ocurre en la gran mayoría de los tramos libres de los ríos leoneses, en el Esla por ejemplo, en algunos tramos te puedes pasar el verano entero sin cruzarte con un pescador, además, en estos ríos regulados han desaparecido las acampadas antaño tan prolíferas y es que entre otras causas se debe a la baja temperatura del agua y la gente al no poder bañarse buscan otros lugares de esparcimiento como son las piscinas públicas.

Esta situación beneficia a los pocos pescadores que se aventuran en estos escenarios buscando la dificultad de pescar truchas resabiadas y esquivas, en un entorno cuya única compañía son los pájaros y los mosquitos, estos pocos pescadores por lo general son buenos pescadores que saben lo que quieren y donde buscarlo.

Cuando empecé en este mundo de la pesca con mosca, consideraba que un buen pescador de mosca era aquel que lanzaba bien y lejos y además posaba correctamente la artificial, también consideraba por aquel entonces que sacando truchas aunque lanzara mal igualmente era un buen pescador de mosca. 

A veces me pregunto ¿es un buen pescador aquel que lanzando bien y lejos y posando la mosca correctamente se lleva las truchas a casa? O aquel pescador que nunca quita la muerte o el arpón a los anzuelos y compra las moscas porque le gustan más las que venden en la tienda. Otros igualmente buenos pescadores, pescan la mayoría del tiempo con cabezas doradas y perdigones y algunos ni siquiera son capaces de presentar una mosca correctamente a más de ocho o diez metros.

Todos somos más o menos buenos y a todos nos queda mucho por mejorar y aprender, incluso los que se consideran buenos pescadores, porque la pesca con mosca es un continuo aprendizaje; sin embargo, considero que el pescador eficiente y deportivo, sin ser ni bueno ni malo, ni mejor ni peor, es eso eficiente. 

Pronto se da uno cuenta cuando ves un pescador con este perfil y refleja igualmente el sentido común y eso implica necesariamente la devolución de las capturas a su medio, este pescador utiliza siempre anzuelos sin muerte, independientemente de que se desclave alguna trucha, es para él una absoluta prioridad, también prefiere terminales más gruesos, si le vale con un catorce piensa que pescar con un diez es una frivolidad porque aumenta el riesgo de dejar la mosca clavada en la boca de la trucha, además de prolongar peligrosamente la duración de la pelea.

También lleva su teléfono móvil y así, de manera sencilla, se convierte en un vigilante de acciones sospechosas. No le importa la cantidad, solo compite consigo mismo, usa materiales ligeros acorde con los ríos y métodos de pesca, cañas de 8,6 y 9 pies, de acción media-rápida del Nr.4, líneas de seda, sintéticas y paralelas del Nr.3, bajos entre 3,5 y 4 m. y carretes semiautomático y manual, consciente de que van a ser pocas las truchas que capture mayores de cuarenta centímetros. Utiliza para el bajo nudos de cirujano, rápidos y sencillos de hacer, para atar la mosca, el clásico nudo corredizo igualmente fácil y rápido de hacer. 

Este pescador-deportista alterna la pesca al agua rápida y enérgica con las esperas estáticas y pacientes, haciendo la "garita" a la espera de ver los clásicos y mágicos aros en la superficie del agua, también cuando las circunstancias y el propio río lo aconsejan, se da algún paseo meramente contemplativo, sacando algunas fotos del lugar para luego compartirlas y comentarlas con sus cofrades.

La mentalidad de este pescador es capturar a la trucha que se está cebando al primer intento, porque sabe que posiblemente no tendrá una segunda oportunidad, para ello intenta acercarse lo máximo a la trucha para realizar un lance lo más corto posible, busca la mejor posición, e intenta reducir al mínimo el número de falsos lances, si con uno es suficiente, no tiene mucho sentido realizar dos. 

Utiliza mucho los rodados, sobre todo en los ríos estrechos y enmarañados, busca tramos donde las truchas estén menos hostigadas, para ello no duda en cruzar y vadear fuertes corrientes para llegar a ellos, a expensas de sufrir algún percance en el intento. Le gusta pescar en soledad y vivir intensamente la pesca, pero no rehúye las salidas con los compañeros.

Si amigo pescador, todo esto y más no sirve para los domingueros y pescadores que con ocho o diez salidas de pesca dan por finalizada la temporada, si no hay un contacto real, directo y constante con el río y las truchas, no vas a tener ninguna posibilidad de ser ni bueno ni eficiente, ni nada parecido, pero si podrás ser un pescador deportivo devolviendo las truchas que captures a su medio y eso ya es mucho.

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